La calidad de construcción y sobre todo de imagen del Irix 150mm f/2.8 Macro 1:1 está llamando mucho la atención. Si te interesa la fotografía macro y quieres además un buen teleobjetivo medio de enfoque manual, estás de suerte porque no hace falta dejarse el bolsillo. Estamos ante uno de los objetivos macro más interesantes del mercado, y no solo por su precio.
El Irix 150mm f/2.8 Macro 1:1 con montura Sony E es un objetivo de enfoque manual para fotografía macro que también podemos utilizar como teleobjetivo corto. Existen versiones para otras marcas. En esta ocasión tiene el añadido en el cuerpo del objetivo que permite suplir el espacio del espejo de las cámaras DSLR. Así nos evitamos comprar un adaptador extra para poder utilizarlo.
Es un objetivo macro de 150 mm con un ratio 1:1. Esto quiere decir que nos podemos alejar más del objeto que queremos fotografiar para conseguir que tenga el mismo tamaño en el sensor. Al fin y al cabo, un macro real perfecto para la fotografía de naturaleza y objetos pequeños como joyas, por poner solo un ejemplo. Personalmente lo utilizaría también para digitalizar negativos y diapositivas. Como veréis a lo largo del artículo, sorprende por su calidad.
Características principales del Irix 150mm f/2.8 Macro 1:1
A pesar de lo que pueda parecer por su tamaño, su construcción interna es bastante sencilla comparado con otros objetivos similares. En este caso se cumple a la perfección la máxima de menos es más. Tiene 12 lentes en 9 grupos, tres de ellas son de baja dispersión par minimizar las aberraciones cromáticas y mejorar el contraste de las imágenes.
Las lentes cuentan con revestimientos Neutrino Coating para evitar reflejos internos. Aunque llama la atención que no han tapado los circuitos en el tambor interior. Solo hay que asomarse por la montura para verlo. Un pequeño y llamativo fallo de diseño que, después de ver los resultados, no parece en absoluto relevante.
Un punto destacado de su construcción es que tiene 11 palas de diafragma. Así obtiene una abertura prácticamente circular, lo que le permite un bokeh muy estético, a la altura de los mejores objetivos que podemos encontrar en el mercado.
No es un objetivo ligero, pesa 900 g y mide 87 x 170 mm. Tiene un diámetro para los filtros de 77 mm y está sellado para evitar la humedad, el polvo y la arena gracias a las juntas tóricas que tiene en los espacios críticos.
Además, no cambia de tamaño al enfocar, por lo que la estanqueidad es casi absoluta al no cambiar de longitud, como le ocurre a otros objetivos más populares como el Tamron SP AF 90 mm F/2.8 di MACRO 1:1
Está construido con una aleación de magnesio y aluminio con el acabado que han bautizado como Dragonfly en Irix. De hecho, y creo que no soy el único, me recuerda mucho a la calidad y tacto de los objetivos Zeiss. Los acabados son, por lo tanto, de alta calidad y transmiten confianza. Cuando lo sujetas con tus manos, sientes seguridad. Algo importante cuando ves el precio final y crees que estás comprando un objeto de gama media-baja. El precio deja de ser un referente de calidad.
Algunas características más del Irix 150mm f/2.8 Macro 1:1
Es un objetivo de enfoque manual, algo irrelevante para la fotografía macro (el Af se utiliza más bien poco), pero que conviene recordar para entender su precio. Además no tiene ninguna estabilización interna. Pero ofrece unas cuántas cosas interesantes para un objetivo macro.
Las conexiones metálicas de la montura permiten comunicarse totalmente con la cámara, por lo que podemos cambiar el diafragma como estamos acostumbrados, además de poder grabar todos los datos EXIF. Incluso permite la confirmación de enfoque manual mediante la confirmación en pantalla.
Si somos de la vieja escuela, y sabemos lo que es bueno, podemos elegir el diafragma en un anillo del objetivo, que podemos bloquear o no para sentir los clics según abrimos o cerramos. Si decidimos hacerlo desde la cámara, tenemos que ponerlo en posición A.
Justo al lado, tiene la abrazadera desmontable de trípode Arca-Swiss para fijarlo en vez de la cámara y conseguir compensar el centro de gravedad debido a su peso. Es un detalle muy importante para lograr la máxima calidad. No sería necesario si la cámara fuera más pesada, claro está.
El anillo de enfoque es extraordinario para un macro. Es enorme y tiene una textura agradable al tacto que permite una precisión absoluta, gracias también a su rotación de 270º. Eso sí, casi la mitad del recorrido es para ajustar el enfoque en la zona más cercana. Si queremos enfocar más lejos, tenemos menos margen. Es decir, es más difícil enfocar al infinito con precisión que cerca de la distancia mínima.
La protuberancia del anillo de enfoque, marcada en azul cielo (no todo es perfecto), ayuda a lograr el enfoque preciso. Y cuenta con un anillo, pegado al de enfoque, que regula la fricción para ajustar al máximo el enfoque, tan crítico en el mundo macro.
Viene con un parasol de pétalos que casi duplica la longitud del objetivo. Parece totalmente exagerado, pero es perfecto para evitar los reflejos y aumentar el contraste de nuestras fotografías sin ningún artificio. Como nota curiosa, destacar que la tapa de la montura es la más cómoda que he visto nunca, gracias a su diseño en espiral.
La calidad de imagen
Irix es una marca poco conocida. Su origen es llamativo, pues nace de la fusión de la precisión suiza, el diseño y versatilidad polaco y la fabricación coreana. Esta combinación de países ha posibilitado unos objetivos que, poco a poco, están conquistando a los fotógrafos por su relación calidad precio tan interesante.
Este es el punto que más le interesa a los posibles compradores, la calidad de imagen. Su construcción interna es muy sencilla para ser un macro. Y los resultados son impresionantes, de verdad. No necesita espacio para los motores del autoenfoque ni para los estabilizadores. La nitidez en el centro y en las esquinas es muy similar a lo largo de los diafragmas. Es impresionante la calidad que ofrece ya a f4.
Cuando vemos su tabla MTF, parece que estamos ante un objetivo de precio estratosférico y fabricación alemana, pero no. La resolución del centro y las esquinas es prácticamente la misma. Y si nos fijamos en su distorsión, nos lamentamos de no poder utilizarlo en fotografía arquitectónica, apenas un 0,1%.
Podemos trabajar con este objetivo sin miedo alguno de pérdida de calidad de imagen entre su abertura máxima (f2,8) y f16, como podéis ver en las imágenes de ejemplo de la hoja de periódico que he fotografiado. La difracción empieza a ser visible a f22. Y su punto dulce puede empezar en f4 sin problema, aunque para estar más seguro podemos disparar a f5,6.
Y el viñeteado, muy escaso, desaparece con cerrar a f5,6. Poco más se puede pedir a un objetivo que cuesta 574,38 € en su versión para Sony. No podemos olvidar que ha sido premiado por sus características y prestaciones.
En resumen, es un objetivo que ofrece unos resultados impresionantes si tenemos en cuenta su precio, a pesar de sus limitaciones respecto a la competencia. Pero sinceramente, ¿Qué más da que no tenga AF ni estabilización con semejante rendimiento óptico? Yo siempre utilizo los macro con un trípode y enfoco manualmente ¿Cómo lo hacéis vosotros?
Cómo trabajar con el Irix 150mm f/2.8 Macro 1:1
Hacer fotografías con un macro no es tan sencillo como podemos pensar en un primer momento. Nos tenemos que fijar en un par de cosas para lograr llegar a buen puerto. Y con este Irix es relativamente fácil.
En un objetivo macro tenemos que conocer cuál es la distancia mínima de enfoque y cuándo alcanzamos el factor de magnificación 1:1, es decir, cuándo 1 cm de la realidad se graba como 1 cm en el sensor. Si enfocamos a cualquier otra distancia, no lo lograremos.
Por este motivo, tenemos que fijar el enfoque de este objetivo a esa distancia mínima de 34 cm, muy lejana para los que trabajamos con objetivos macros de 90 mm y mover la cámara para lograr el enfoque perfecto, no el foco. Otra cosa es que no nos importe ese factor 1:1, en cuyo caso trabajaremos como estamos acostumbrados.
Además, como no tenemos autoenfoque ni estabilización, lo mejor que podemos hacer con este objetivo es colocarlo en un trípode, con montura Arca-Swiss, para asegurarnos la máxima calidad en cada uno de nuestros disparos. O confiar ciegamente con la estabilización de la cámara y disparar con una velocidad por encima de 1/150.
Y como la profundidad de campo es muy reducida, no nos queda más remedio que trabajar con la cámara en el trípode. Si tenemos en cuenta estos requisitos, no tengo ninguna duda de que la calidad óptica del Irix 150mm f/2.8 Macro 1:1 es impresionante.
La nitidez y el contraste con cada uno de los diafragmas, hasta que aparece la difracción, son de lo mejor que he visto en un objetivo macro, mejor dicho, en cualquier objetivo del mercado. Y si atendemos a su precio, estamos locos si no es uno de nuestros candidatos para convertirse en el macro de nuestra mochila.
Es verdad que el Irix 150mm f/2.8 Macro 1:1 tiene el limitaciones importantes respecto a los objetivos de la competencia, pero el precio que tenemos que pagar por ellas lo compensa con creces. Nunca había probado un objetivo de esta marca. Ahora empezaré a ver esta marca de otra manera.