El fotómetro es un instrumento que sirve para medir la intensidad de la luz muy utilizado en fotografía. También llamados exposímetro. Mide la luz bien sea reflejada o incidente.

Las cámaras suelen llevar uno incorporado,  de tipo reflejado, es más rápido de visualizar pues no tenemos que acercarnos al sujeto y se puede usar desde la distancia.


Un fotómetro de mano nos ayuda de forma que podamos calcular la exposición, el color, la intensidad de un flash, o un punto en concreto con gran precisión. Los hay de diversos usos adaptados a todo tipo de necesidades.

Un fotómetro nos ayuda a calcular la exposición correcta indicando un diafragma y velocidad adecuados a lo que se necesite.

Con luz incidente el fotómetro calcula la exposición basándose en la luz que llega al sujeto sin tener en cuenta el color que tenga o ropa que porte y siempre nos indicará una medición de un gris medio o 18%. Utilizando los datos indicados por el fotómetro en la cámara los tonos negros y blancos se reproducirán adecuadamente.

Con luz reflejada, el fotómetro lee la cantidad de luz reflejada que recibe el sujeto. Si es de tono negro lo convertira a gris medio o 18% y si es blanco de igual manera. Por ellos hay que saber interpretar el resultado. Si es negro hay que corregir la exposición que indique el fotómetro en la cámara restando entre 2 y 3 diafragmas. Si por el contrario estamos midiendo sobre blanco deberemos añadir entre 2 y 3 diafragmas más a la exposición. O bien utilizar un tarjeta de grises sobre el sujeto, realizar una medición (luz reflejada puntual) sobre la tarjeta y el fotómetro nos dará la exposición correcta.

Del fotómetro más sencillo que utiliza una fotocélula de selenio para cineastas y fotógrafos como el modelo L-398A Studio Deluxe III hasta los más avanzados con pantalla táctil como los L-478DR y L-478D Pro, pasando por los más utilizados por iniciados y avanzados como el pequeño L-308S flashmate o el sekonic L.758D con spot de 1º incluido para amateur avanzados y profesionales.