La iluminación es una de las grandes asignaturas pendientes para los fotógrafos. El problema muchas veces suele ser el equipo elegido, bien porque no funciona correctamente o porque es difícil de controlar. Con el Wescott FJ80II tenemos al alcance de la mano un flash perfecto en todos los sentidos. Parece mentira que esta marca no sea más reconocida en estos lares.
El Wescott FJ80II es un flash TTL y manual autónomo tipo cobra con cabezal redondo. Tiene 80 w de potencia y la posibilidad de regular hasta 9 pasos de intensidad en modo Manual. Viene equipado con una batería de Li-Ion que permite hasta 500 disparos a plena potencia con una sola carga.
Es compatible con las principales marcas del mercado, incluso Sony (Wescott FJ80II S), que es el modelo que hemos probado. Entre sus características más llamativas destaca la velocidad de reciclado (0,05 a 1.5 s) y la estabilidad de la temperatura de color, que se mantiene en 5500 K, durante toda la sesión.
Su manejo es sencillo y rápido, y gracias al receptor interno incorporado, permite controlarlo a distancia. Tiene hasta 16 grupos a través de 31 canales. Y todo desde la pantalla LCD táctil y a todo color.
Es un flash grande para ofrecer todo lo que tiene. Pesa 600 g y mide 21 x 7,9 x 7,9 cm. Sigue la línea de todos los equipos con cabezal redondo que encontramos en el mercado, desde los Profoto hasta los Godox .
La importancia del flash en nuestro equipo
En las clases de iluminación bastantes alumnos reniegan de la luz artificial porque dicen que rompe con el ambiente, pero básicamente es porque sufren todos los problemas de un mal uso, como luces quemadas o totalmente oscuras… Solo hace falta conocer la técnica y tener un buen equipo. Esta son las claves esenciales de la fotografía con flash.
El mercado ha cambiado mucho. Hace 20 años solo teníamos equipos con precios muy elevados, accesibles solo a los profesionales. En los últimos tiempos han aparecido marcas más económicas que han permitido que todos los aficionados tengan acceso a la iluminación artificial, pero con resultados poco convincentes.
Parece que todo se ha reducido a dos: Profoto y Godox . La primera está al alcance de muy pocos, debido a su precio. Y la segunda es una marca con precios más comedidos pero más difícil de configurar.
Wescott es una marca estadounidense que empezó a fabricar paraguas en 1899. En 1969 presenta los primeros accesorios para la iluminación. Y después de trabajar en el mundo de la iluminación desde 1994, lanza los equipos actuales en 2020.
Y poco a poco, gracias a sus prestaciones y a su precio, está llamando la atención de todos los fotógrafos que buscan calidad profesional a un precio asequible. En esta ocasión he probado el Wescott FJ80II en una Sony A7 III con un disparador remoto Westcott FJ -x3 .
Cómo funciona el Wescott FJ80II
Estamos ante un equipo que sorprende por su presentación y sobre todo por sus acabados. Es un flash multimarca, que se puede adaptar a cualquier cámara, salvo Sony, que tiene la mala costumbre de tener una zapata propia, por lo que tendríamos que hacernos con el modelo específico en caso de colocarlo encima de la cámara. Otra opción sería comprar el adaptador aparte para poder disparar con esta marca.
El equipo viene protegido en una bolsa acolchada que no ocupa mucho espacio, algo que se agradece para llevarlo bien protegido en nuestra mochila. Como viene ocurriendo últimamente, funciona con una batería que permite un rendimiento superior al que conseguíamos con las clásicas pilas.
Como buena batería, de 17,76 Wh, 1600 mAh y con un voltaje de 11,1 V, permite más de 500 disparos a plena potencia. Lo mejor de todo es que si bajas la potencia, porque necesitas menos luz o porque subes la sensibilidad ISO de la cámara, tendrás muchos más disparos con una sola carga.
Podemos colocarlo encima de la cámara si lo necesitamos, pero su posición natural, si queremos disfrutar de la fotografía con flash, es ponerlo fuera de la cámara y dispararlo a distancia con la ayuda del disparador remoto Westcott FJ -x3 o cualquier otro compatible.
Llega el momento de encenderlo. Solo hay que dejar presionado el botón que encontramos a la derecha de la pantalla táctil y pulsar la pantalla. Esto nos lleva al menú principal del flash donde tendremos acceso a todas las funciones y configuraciones. Ya tenemos el equipo en marcha.
Tiene cuatro opciones. En primer lugar Host, que es cuando lo usamos como flash principal. Client como flash de apoyo; Speedlight para colocarlo encima de la cámara y por último Settings para la configuración.
En mi caso lo he utilizado siempre como flash maestro fuera de cámara, así que activo Host y entro en la pantalla donde puedo elegir el canal y el grupo, en el caso de que tenga más flashes compatibles. Por defecto me gusta trabajar en el canal 20 (cuestión de manías personales). Es importante ponerlo exactamente igual en el receptor.
Como es una pantalla táctil, solo tengo que pulsar en el recuadro correspondiente y moverme con las flechas que encontramos en la parte inferior de la pantalla.
En segundo lugar, toca elegir si queremos disparar en TTL o Manual. Este flash es uno de los pocos del mercado en el que el modo TTL ofrece una precisión en la exposición de la que nos podemos fiar. Es algo que creía que nunca diría de otra marca, pero es así.
Sin embargo, si queremos tener todo el control, recomiendo olvidarse de este modo, y trabajar siempre en Manual. En mi trabajo, solo utilizo TTL si el flash está sobre la cámara. En cualquier otra situación, siempre Manual.
Así las posibilidades de control aumentan. Podemos elegir la potencia y jugar con las variables de la distancia y la posición, dos elementos fundamentales en la iluminación.
Entre otras cosas, permite trabajar con Alta velocidad, olvidándose de la velocidad de sincronización y muy útil en exteriores, y con sincronización a la primera o segunda cortinilla, para conseguir diferentes efectos.
Trabajando con el Wescott FJ80II
Estamos ante un flash con el que es muy cómodo trabajar por su tamaño comedido. Es verdad que simplemente podemos situarlo encima de la cámara, pero todo su potencial explota cuando lo separamos de la cámara. Esto es lo mejor que podemos hacer si queremos disfrutar con la fotografía con flash.
En mi caso he decidido salir a la calle con el flash en la mano y el disparador remoto Westcott FJ -x3 . Disparar así exige tener claro lo que queremos conseguir y algo de suerte. Con una mano sujetas la cámara y con otra (o con el apoyo de alguien) orientas el flash hacia el objeto que quieres fotografiar.
El objetivo además es utilizarlo a la luz del día. Muchos fotógrafos piensan que el flash solo sirve para la noche e interiores, pero si tienes un equipo con la suficiente potencia, es posible.
El secreto es subir la sensibilidad ISO de la cámara. Con solo subirlo un paso, tenemos el doble de potencia. Y con la calidad de los sensores actuales, no hay ningún problema por disparar a 400 u 800 ISO.
De esta manera he podido iluminar esculturas lejanas durante mis recorridos. La luz llega por caminos inesperados y hace que las fotografías resulten más llamativas. En la mano de un buen fotógrafo, los resultados serán más llamativos.
Para evitar cálculos, e ir más deprisa, he fiado la exposición al TTL del flash. Y tengo que decir que es uno de los pocos flashes que, en situaciones tan comprometidas como las que estáis viendo, ha acertado en el 95% de las ocasiones. El 5% restante simplemente ha sido por un error personal, como no disparar el flash o dirigirlo de forma equivocada.
Y lo más importante, de los 400 disparos que he hecho, la temperatura de color en todos ellos ha sido perfecta y constante, sin apenas diferencias que he podido resolver en Adobe Lightroom.
También he trabajado con él en estudio. No es un flash pensado para iluminar un cuerpo entero, pero para trabajar con objetos y medio cuerpo es perfecto. Y si necesitamos más potencia, nada como subir el ISO. Además siempre podemos usar ventanas o paraguas para aumentar el tamaño aparente de la luz y lograr una luz más envolvente.
En este caso he trabajado con un Westcott Switch Octa-S que envuelve al objeto con una luz perfecta para cualquiera de nuestras intenciones. En estudio, donde tienes más claro qué es lo que quieres, siempre es mejor disparar en Manual.
Todo depende de la colocación y distancia de la luz en esta ocasión. Y de nada sirve en estos momentos el cabezal circular del Wescott FJ80II. Los difusores cambian la emisión de luz y da igual el diseño de nuestro accesorio.
A modo de conclusión
Si quieres un flash para el día a día, con un precio amortizable en pocas sesiones (469, 00 € ), no dudes en comprar el Wescott FJ80II. A lo largo de mi vida profesional he trabajado con muchos equipos, y pocas veces me he encontrado con algo semejante.
He probado tres flashes con la misma arquitectura, y puedo decir que me quedaría con este por precio y fiabilidad. Es fácil de configurar, fiable en todos y cada uno de los disparos y perfecto para el día a día.
Creo que nunca he visto un flash con semejante precio con tanta fiabilidad. Sabes que puedes confiar ciegamente en sus resultados. Es verdad que existen otras marcas más reconocidas, pero no se pueden amortizar tan rápidamente y son de difícil acceso a los fotógrafos aficionados.
La pantalla táctil es muy cómoda de utilizar, pero echo de menos una rueda par poder cambiar la potencia del equipo de una forma rápida. Con las pulsaciones resulta un poco lento, sobre todo cuando trabajamos en Manual. Este es quizás el único detalle negativo que he podido encontrar en el Wescott FJ80II.
Incluso tiene sentido comprarlo si solo lo vas a utilizar en contadas ocasiones. No mejorará tus fotografías porque la única forma de conseguirlo es trabajando, pero puedes tener la seguridad de que si algo sale mal nunca será por su culpa. Y esto es algo que se puede decir de pocos flashes del mercado.
Texto: Fernando Sanchez (Ferfoto)