Fotografía social de Bodas según Felipe Passolas
A continuación publicamos un tutorial escrito por el fotógrafo Felipe Passolas donde nos habla acerca de la fotografía social y en concreto de las fotos de Bodas.
Los textos y fotografías que se muestran a continuación son propiedad de Felipe a quien pertenece el copyright.
Fotografía social:
Se define la fotografía social como un movimiento cuyo principal objetivo es resaltar la figura del ser humano en fotografía y captar los momentos de su vida sin hacer hincapié en elementos que nos puedan distraer de nuestro figura principal, pero de un modo más llano entendemos por fotografía social todos aquellos acontecimientos que ocurren en nuestra vida cotidiana y nos hacen interactuar con nuestros, amigos, familia, entorno laboral o eventos.
En nuestros días bodas, deportes o eventos podrían encajarse dentro de esta categoría. Porque al fin y al cabo siendo el ser humano un animal eminentemente social casi todo podría englobarse en esta categoría, pero en este artículo nos centraremos en el mundo de las bodas que siendo una industria tan concurrida es un tema que levantan mucho interés.
Trabajo del fotógrafo en las Bodas:
En estas líneas me gustaría dar luz a mi visión de la industria, como afronto mis relaciones con clientes o mi flujo del trabajo sobre el terreno. El mundo de las bodas es eminentemente complejo, yo llegue al mundo de la fotografía gracias al mundo del fotoperiodismo y documentales.
Me encanta contar historias y cuando no estoy de viaje, una pareja enamorada es una buena fuente de inspiración para elaborar historias. El motivo económico fue el complemente perfecto para meterme en el mundo de la fotografía de bodas.
Ya conocía los retos al entrar, desde el punto de vista profesional es una industria muy concurrida tanto por profesionales como amateur, pero a la vez hay una oferta que puede oscilar según las crisis económicas pero que tiene unas raíces culturales, civiles y religiosas tan profundas que la demanda está garantizada.
Lo mismo que los salarios, por esos mismos motivos culturales, tan arraigados, la industria de la fotografía de bodas se libra de la caída excesiva en precios como ocurre en otros sectores de la fotografía. Como os estaréis dando cuanta desde el primer momento, este es un servicio fotográfico que implica mucha profesionalidad, porque contar una historia con implicaciones emocionales profundas es muy subjetivo y por lo tanto difícil de ilustrar que a su vez conlleva unas relaciones comerciales sujetas a unas expectativas emocionales de un objeto que es el amor que no es racional.
Mi trabajo como fotógrafo de Bodas:
Intento abordar este coctel paso a paso. Elaboro mi fotografía de bodas desde un punto de vista foto periodístico. Intento contar una historia que tenga su principio, desarrollo y final que involucre a una serie de actores protagonistas y su entorno social de amigos, familia, etc. Personalmente busco una fotografía, limpia, emotiva y elegante.
La elegancia es siempre un activo que nunca pasa de moda y si conseguimos introducir este elemento en la ecuación de nuestra fotografía conseguiremos una imagen que no pase de moda, o acaso la elegancia pasa desaperciba años después. Las modas pasan la elegancia no.
No busco tanto la pose como que se sientan cómodos, al fin y al cabo no son profesionales y no están acostumbrados a tener a un señor fotógrafo alrededor todo el día haciéndoles fotos. Es un proceso de meses que ellos se sientan a gusto conmigo y que puedan ser naturales cuando estén solos, paseando su amor mientras lo documento.
Antes de la boda intento ser muy comunicativo con ellos, que aprendan de fotografía que disfruten con ella y el día de la boda intento ser tan discreto como extrovertido fui durante las sesiones de fotos anteriores.
Mi rol es que no se note que estoy allí y al mismo tiempo que ellos estén tranquilos sabiendo que estoy allí, que todo está controlado y que las emociones de ese día se inmortalizaran en las fotografías.
Mi relación con los novios es de fotógrafo clientes. Intento ser para ellos algo más que un fotógrafo, siempre les digo que quiero ser un “activo” en su boda, mi rol es inmortalizar para siempre de ahí la importancia del papel de un fotógrafo de bodas. Les ayudare en el proceso de su evento, de su boda en todo lo que necesiten.
Mi relación con ellos se desarrolla desde el momento que me contratan hasta el que entrego la última parte de mi trabajo, dependiendo de la pareja puede ser una relación de meses o de incluso más de un año.
Clientes de un fotógrafo de bodas:
Nuestros clientes principales serán nuestros novios, pero debemos ser conscientes que al ser un evento social con implicaciones culturales tremendas deberemos ofrecer soluciones a las demandas de todas las personas que rodeen a la pareja tanto durante el proceso como el día del evento.
Es un evento familiar donde concurrirán las aspiraciones y gustos de generaciones diferentes y todas deben quedar satisfechas con el resultado del trabajo y esto es un reto importante.
Aunque hablar de la parte psicológica y la gestión de clientes es importante, no debemos olvidar la parte técnica. Personalmente intento desarrollar un estilo muy foto-periodístico de los acontecimientos y para ellos utilizo un 50 mm f/1.8 (fijo) me es muy útil para condiciones de poca luz y cuando quiero meterme en cualquier recoveco sin molestar demasiado ya que es muy pequeño discreto y ligero.
Mi 24-70mm f/2.8 es mi todoterreno para casi cualquier situación de la boda, es grandote pesado y no es lo más cómodo pero si da buenos resultados. No me gusta trabajar con flash en las bodas, pero cuando lo hago utilizo un reflector que adhiero con velcro para no utilizar flash directo nunca y siempre trabajar con luz rebotada.
Llevo dos cuerpos para no andar cambiando de objetivos porque todo pasa demasiado rápido y llevo una correa rápida para colgar mis dos cámaras, la palabra rápido es fundamental porque en una boda los momentos no se repiten. Mis cuerpos son una D90 y una D600, pero son contadas ocasiones cuando las utilizo las dos a la vez.
Respecto a baterías lo llevo todo doble y los cargadores en la bolsa o en el coche. No te puedes arriesgar a que te falte algo o se estropee en un día tan importante. Para el flash de zapata llevo una batería externa que me aguanta toda la boda sin problemas por larga que sea. En alguna ocasión he usado un flash circular para dar otro look pero en contadas ocasiones, hace la cámara muy pesada y te hace lento.
Llevo conmigo muchas tarjetas de memoria con sus correspondientes etiquetas que me indiquen cuales he usado y cuáles no, siempre trabajo con la tarjetas SDs y trabajo en RAW más una copia en JPG.
Cuando trabajo con cámaras de doble ranura siempre me gusta minimizar los riesgos de que una tarjeta se estropee o se pierda con el ajetreo de la boda, pero para eso lo mejor es mantener la disciplina dentro de la vorágine de emociones de ese día.
Respecto a mi etiqueta intento ir cómodo pero suelo vestir bien, no importa que estemos trabajando y no sea la ropa más cómoda del mundo pero no está bien desentonar en actos con cierto protocolo, a veces llevo correas de colores para darme un punto de color en la fiesta pero en ocasiones puntuales, casi todo nuestros utensilios de trabajo son de color negro y no está mal darnos algo de color.
Como ya os comente al comienzo en la fotografía de bodas confluyen muchos factores y aunque siempre ha sido una profesión ninguneada injustamente, hoy en día ha tomado un giro importante y es una categoría profesional de las más difíciles de llevar a cabo dentro del mundo de la fotografía, mis consejos son estudiar cuales son las últimas tendencias, ver cómo ha cambiado la industria en los últimos años y siempre buscar un reciclaje y estar formándote un fotógrafo social nunca termina de aprender ya que el objeto de su fotografía siempre cambia y evoluciona continuamente.