A la hora de elegir un flash tenemos muchas opciones. El mejor consejo que podemos dar es elegir uno con la máxima potencia posible y con batería, para evitar depender de los cables. Si tu presupuesto no es muy alto y quieres el mejor equipo posible, no dudes en comprar el Westcott FJ200
Es un flash compacto de 200w que permite cubrir prácticamente cualquier trabajo profesional y todo lo que puedas imaginar como aficionado. Vamos a ver cómo funciona.
Estamos ante un flash portátil que podemos sacar a exteriores para trabajar gracias a su batería de 14.4 DC, 36Wh y 2500 mAh de Li-Ion. Semejante capacidad y rendimiento nos permite hacer más de 450 disparos, a plena potencia, con una sola carga.
Es compatible con cualquier cámara del mercado, solo tenemos que comprar un disparador remoto compatible con nuestra marca.
Y aunque es muy ligero (800 g) es recomendable buscar un trípode y una rótula para poder colocarlo justo donde necesitamos. Es de un tamaño compacto (22.2 x 8 x 8 cm), lo que permite que lo podamos llevar en una mochila fotográfica junto con nuestra cámara y objetivos.
Es un poco más grande que los clásicos flashes de tipo cobra, como el Westcott FJ80II, y a cambio ofrece más del doble de potencia.tiendas online_FJ80_con_pantalla_tactil”>
Tiene las características propias de un flash profesional: modo TTL y Manual, diferentes modos de sincronización como el HSS (1/8000), 9 pasos de potencia en incrementos de 1/10… Pero llama la atención por su velocidad de reciclado (0,05 a 1.3 segundos), la capacidad de ofrecer 20 fps y la increíble estabilidad de la temperatura de color en todos los disparos que hagamos, desde el primero al último.
Pocas cosas más podemos pedirle a un flash: potencia, fiabilidad y facilidad de uso. Durante el análisis que hemos hecho nos hemos centrado en estos puntos para probar si estamos ante uno de los equipos más interesantes para iluminar nuestras fotografías.
La facilidad de uso del Westcott FJ200
Una de las cualidades más interesantes de un equipo profesional es la facilidad de uso. No hay nada más gratificante para un fotógrafo que encender una cámara, o en este caso un flash, y tener la sensación de haberlo utilizado toda la vida.
Todos los botones están donde deberían. Y sobre todo y ante todo, la fiabilidad. Sabes que si la fotografía no ha salido se debe única y exclusivamente a que no lo has hecho bien. Es imposible desconfiar de un Westcott FJ200.
El Westcott FJ 200 viene dentro de un estuche. Cuando lo sacas parece un termo o un potente teleobjetivo. En el frontal, después de quitar la tapa, vemos la bombilla de 200 w y la luz LED de modelado. Una buena noticia es que si se te funde, puedes cambiarla tú como en los viejos tiempos.
Tenemos la rótula, la batería, el cargador, un reflector de 5″ con un grid magnético (panel de abeja), un pack de geles para corregir la luz y los respectivos cables de alimentación.
En la parte trasera encontramos el panel LCD y toda la botonería para controlarlo. Dos botones y una rueda que nos permiten controlarlo todo si no disponemos del correspondiente disparador remoto (también puedes hacerlo con el cable de siempre, pero pierdes mucha movilidad).
A la izquierda tienes el botón de encendido, en el centro una rueda botón que permite movernos por el menú y por último, otro a la derecha con distintas funciones, como encender la luz de modelado.
Lo primero es elegir el canal (la relación entre ambos dispositivos) con el que quieres sincronizar el Westcott FJ 200 con el disparador. También tienes la opción de elegir el grupo, interesante si tienes más de un flash. Después tienes que decidir si trabajar en TTL o Manual. Como digo en otras ocasiones, yo prefiero disparar en modo Manual porque tienes más control. Pero el TTL del Westcott FJ 200 es muy bueno.
Tengo que reconocer que me ha impresionado tanto como en los flashes de la competencia.
Dentro del menú encontramos todas las opciones (en nuestro idioma) que necesitamos para controlar el equipo, como elegir el modo Slave, controlar los avisos sonoros o elegir el modo de alta velocidad de sincronización con las cámaras compatibles.
En mi caso he estado trabajando con una Sony A7 III y he podido disfrutar de todas las opciones. Y no queda más que hacer el disparo de prueba y empezar a disfrutar de la fotografía con flash.
Cómo trabajar con el Westcott FJ200
Este modelo me ha llamado la atención desde el momento en el que me hablaron de él. Un equipo con un precio moderado, con prestaciones profesionales y las mismas características de marcas mucho más caras. Después de 500 disparos puedo decir que es una de las mejores opciones que podemos encontrar en el mercado.
La relación calidad/precio es excelente. Cuesta creer que tenemos entre manos un flash de 539€ con semejantes resultados. Además, cumple el sueño de las ‘tres B’: bueno, bonito y barato.
En este caso he trabajado siempre en estudio. La idea es ver cómo se comporta iluminando pequeños bodegones y retratos. Podría haberlo sacado a la calle, pero coincidió con muchas lluvias en mi zona y no quise comprobar su estanqueidad. Acostumbrado a trabajar con equipos de 500w, me ha sorprendido su ligereza y manejabilidad en un espacio pequeño. Empieza a molestarme mucho los cables y el tamaño de mis antiguos equipos.
Para iluminar he trabajado con el flash desnudo, como enseñó Miguel Oriola, el reflector y la ventana Westcott Switch Octa-S. Y lo puedo decir sin tapujos, es una delicia trabajar con una ventana tan fácil de instalar. Y por supuesto con un disparador Westcott FJ -x3 S para tener total libertad de movimiento y plena comunicación entre el flash y la cámara.
He fotografiado cubertería, un antiguo busto de los años veinte y a unas modelos que se aburrían en una tarde de lluvia. Para hacer estas imágenes no basta con tener un buen equipo, tienes que tener ideas y sobre todo conocer la técnica para lograr los resultados que has imaginado. Como he dicho más arriba, si fallas es tu culpa.
Lo que más me ha llamado la atención es la rapidez de la recarga y la constancia de la temperatura de color, incluso haciendo ráfagas. En este caso he subido el ISO, abierto el diafragma y bajado la potencia para asegurarme los máximos disparos posibles, y el Westcott FJ200 ha respondido en cada uno de ellos. No lo he llevado al límite, eso sí, pero no creo que sea necesario hacerle sufrir ese esfuerzo extra…
En el caso del busto aposté por una iluminación lateral con el grid y una cenital. El flash estaba muy cerca del sujeto porque buscaba marcar las sombras en la primera.
Para la segunda iluminación aposté por el octa para darle una luz más envolvente. Cambié la distancia, varié el diafragma y el color es exactamente el mismo. No varía ni unos grados, lo que convierte al Westcott FJ 200 es un candidato perfecto para la iluminación crítica del color.
Para la estrella del rock quise una luz más desenfadada, así que aleje la ventana del modelo y jugué con los brillos del plástico. De nuevo la reproducción del color es perfecta. Y llegamos a la cubertería, al puro y duro metal tan difícil de iluminar. Aquí tienes que controlar los reflejos, saber exactamente dónde quieres que caigan. Y rezar para que todo saga bien. Si algo está mal, es solo culpa mía, porque en cada uno de los disparos la luz era constante, el color igual y se cortaba la luz en el momento que lo pedía.
En las sesiones de los retratos, utilicé la ráfaga para conseguir expresiones únicas. Llegué a los 10 fps y perdí algún disparo que otro, pero pude salvar la jornada. Si hago lo mismo con mis viejos flashes, hoy tendría que estar comprándome otro. Así que todo un éxito esta posibilidad. De todas formas, no creo que sea aconsejable hacerlo todos los días, y pocas veces está justificada.
A modo de conclusión
Comprar un flash es complicado. Primero hay que conocer la técnica. Luego evitar el error de elegir el más económico, porque un mal flash hace que abandonemos la idea de iluminar. Los buenos equipos siempre han costado mucho dinero, y cuando pruebas uno no puedes olvidarte de él. Con el Westcott FJ 200 tienes la seguridad de tener un equipo profesional por la mitad de lo que cuestan marcas mucho más caras.
Y los resultados superan con creces a equipos más económicos. Tengo un flash de cabezal redondo que utilizo muy poco que siempre evito llevar a los eventos porque sé que fallará más de un 30% de los disparos que haga. Y eso es algo que los profesionales no nos podemos permitir.
Por un poco más podemos tener un Westcott FJ 200 y bajar el porcentaje al 5%. Y esto es algo que debemos tener en cuenta.
Si eres aficionado siempre he aconsejado comprar el flash más potente que te permita tu bolsillo. Todo será más fácil. Y con este equipo puedes llegar a los 200w sin dejar tiritando tu cuenta bancaria.
Si lo vas a usar en contadas ocasiones puede que no te interese, pero te dolerá menos. Y desde luego tendrás mejores resultados. No es el momento de explicar cómo es la fotografía con flash, pero todo es más sencillo con una buena fuente de luz.
Como profesional creo que el Westcott FJ 200 es una de las mejores opciones que hay en el mercado para ir ligero, con la seguridad de poder iluminar un cuerpo entero en exteriores sin problemas. Además, me ha parecido perfecto para el estudio, por la combinación de tamaño y potencia. Y sobre todo por la excelente respuesta del color y la rapidez del reciclaje. No tienes que esperar nada para lograr un disparo tras otro con la misma intensidad.
Si quieres una buena luz y potente, en un equipo robusto y ligero, no dudes en probar el Westcott FJ 200. Por 539€ me parece una de las mejores opciones que puedes encontrar en el mercado fotográfico. Y lo digo después de más de 20 años probando todo tipo de marcas y modelos. Westcott , si sigue por este camino, se puede convertir en toda una revolución.
Texto: Fernando Sanchez (Ferfoto)